09 julio 2010

El quinto semestre ya es historia...


Rodulfo Reyes Aguilar


Las tardes-noches de los lunes, martes y miércoles, el apartado edificio 8 de la Universidad Tecnológica de Tabasco es el escenario donde se debaten temas que nada tienen que ver con las técnicas de la producción, propósito para el que fue creada la UTT. Por tres días a la semana, ahí se polemiza sobre otras ciencias ajenas a las ciencias naturales.
Y es que ese inmueble alberga a la segunda generación de la Carrera de Licenciatura en Periodismo, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH).
A las siete de la noche (hora de Tabasco), seis de la tarde (hora de Chihuahua), el proyector se enciende para iniciar el enlace entre el infierno verde que es el Edén tabasqueño y la aterida entidad norteña famosa por sus muertes producidas por el combate del gobierno del presidente Felipe Calderón al crimen organizado.
El lunes, abre el maestro Juan Carlos Caballero Olguín, que imparte la materia de Software Aplicado al Periodismo, que no es sino el uso de programas de computación para editar periódicos.
Integrado el grupo en su mayoría por reporteros en activo, en esta materia destacaron alumnos que son editores de sus propios medios, como los compañeros Lester Wilson y Rigoberto Domínguez, que tienen sus revistas en el municipio de Paraíso, desde donde invierten para el traslado 300 pesos diarios en gasolina y recorren 200 kilómetros, sin contar la cena que sin falta convidan a los demás compañeros que no traen su lonch.
Renglón aparte merece el llamado sexo débil: De mujeres nada más quedan las compañeras Rosario Pérez Cruz y Blanca Estrella Torres López, polemista la primera, tímida la otra.
Photoshop e Indesign (sorry por el mal english) son los programas que maneja Caballeros Olguín con la habilidad que un cirujano destaza y zurce a su paciente en el quirófano.
Quién sabe cómo pergeñe sus notas, crónicas y reportajes el maestro, pero de lo que no hay duda es que es un versado en eso de la edición de periódicos y revistas.
Pero, que nadie lo dude, Juan Carlos puso todo su empeño; acaso hizo falta de este lado una poderosa lap de manzanita como la de los colegas de Paraíso, o quizá un poco más de entusiasmo para empaparnos de una agua de la que seguramente no beberemos.
El mismo primer día de clases, pero a las ocho y media hora de la tierra de Andrés Manuel López Obrador, un viejo conocido, más conocido que viejo, aparece por la magia de las pantallas. Se trata de Carlos Mario Arizmendi, que ya ha impartido otras materias en semestres anteriores; ahora enseña Historia de la Filosofía, aunque su clase se vuelve sabrosa porque es un viejo lobo de mar en el oficio.
Claro que a veces parece meternos una zancadilla cuando nos abruma con los diálogos de Platón y nos enseña la vida y obra de los pensadores de tiempos inmemoriales.
Que si Platón y su alumno no sé cuál, que si la corriente de éste se contrapuntea con la del otro de nombre que da risa.
Pero hay valientes como Erwin Macario Rodríguez y Julio Sarmiento que se trenzan en sendas discusiones con el periodista convertido en filósofo porque así lo requiere la UACH.
Un compañero resumió así su percepción de la clase: Yo sólo sé que no sé nada (de Filosofía), expresó mientras daba cuenta de la enésima galleta que él no llevó pero que era de todos porque lo que está en México es de los mexicanos.
Por si hay prospectos para dirigir empresas periodísticas, el martes a primera hora Fernando Alvarado Gates llega a darnos Dirección y Administración de Medios, materia de la que no pierden detalle los colegas José Antonio Calcáneo Collado, José de Jesús Carrera y Yogui Montero, director general, subdirector editorial y jefe de redacción, respectivamente, del Diario de la Tarde.
Si se tratara de ver qué medio metió más alumnos a la Licenciatura, entonces el vespertino del buen Calcáneo se colgaría todas las medallas: además de sus principales directivos, también son alumnos su colaborador Manuel García Javier, un experimentado comunicador de mil batallas, que lo mismo ha sido jefe de prensa del gobierno del estado que autor de la picaresca columna A guayabazo seco; también Erwin Macario, honra y prez del periodismo tabasqueño, edita su columna en el Diario de la Tarde y de vez en cuando se avienta alguna sabrosa crónica, no un bodrio como éste.
Y en la segunda hora del segundo día de clases llega Alma Trejo con su materia Filosofía de la comunicación. La maestra ha logrado una comunión total con los alumnos, en virtud de la sencillez de su discurso, sin poses acartonadas.
Alma Trejo, a la que algunos compañeros le llaman Alma Cano, acaso porque el apellido Cano es muy tabasqueño, inspira confianza.
El miércoles es un día pesado: tres materias seguidas para un grupo de reporteros que vienen de arar la tierra del oficio. Empieza Organización de medios con Dinorah Gutiérrez.
Dinorah nos enseña el análisis informativo de los medios y el rol de la comunicación actual. Palabrería. Nada de notas informativas. Es la profundidad del oficio, donde los comunicólogos –que vierten tinta científica sobre lo que escribimos los periodistas- dan rienda suelta a sus rollos de letras, de aventurar teorías.
Enseguida, la segunda hora, Carmen Vázquez Sotelo nos imparte Psicología social, materia de suyo sencillo por el conocimiento que sobre la materia tiene la maestra. Con ejercicios sencillos, la psicóloga que pronto será madre (el grupo le recomendó que si es niño le ponga Tabasco y si es niña, Chihuahua) no nos agobia con palabrería, que suena hueca cuando ya se trabajó toda la mañana.
Por último, la materia de Lógica, que imparte el catedrático José Antonio Pedraza, paisano de Hernán Cortés; Pedraza, un atildado maestro que las veces que dio clases, dio muestras de su entrega y profesionalismo.
Lo bonito de esta materia es que la dejamos de tener, por una enfermedad que padece el profesional originario del otro lado del charco.
Bueno, esto es lo que vio de la clase del quinto semestre este barrigón cronista, que por no aprender de Software Aplicado al Periodismo tuvo que garabatear cualquier texto para pasar de panzazo.

No hay comentarios: